jueves, 10 de octubre de 2013

Abducida, de James Tate

Mavis aseguraba haber sido abducida por extraterrestres. Quizá lo había sido, no lo sé. Decía que tuvieron relaciones sexuales con ella, pero que era diferente. Colocaron un dedo en el centro de su frente y emitieron una especie de zumbido. Ella dijo que le pareció mejor que el otro tipo de relaciones sexuales. Le pregunté si podía probar y dijo que no. Poco tiempo después Mavis desapareció para siempre. No le dijo adiós a nadie, y nadie supo adónde fue. Yo empecé a soñar con ella. Frecuentemente se trataba de sueños perturbadores. Aquellos que involucraban extraterrestres, sin embargo, eran bastante agradables. Pienso que quizá deseaba ser abducido. Obviamente no le confesé esto a nadie. No digo que le creyera a Mavis, pero sí creo que ella experimentó lo que dijo haber experimentado. Las personas ven cosas que no están ahí todo el tiempo. Algunas de estas personas están locas y otras no. Mavis no estaba loca. Ella no era mi amante, pero fuimos buenos amigos y la eché de menos. Y la vida continuó. Me tomé un par de cervezas con Jared una o dos veces por semana. Ocasionalmente fui con Trisha a comer o al cine. Una vez toqué la puerta del antiguo departamento de Mavis y me respondió alguien que no hablaba inglés. Luego leí en el periódico un artículo sobre una mujer que había sido encontrada en el fondo de un lago. La policía no pudo identificarla. Fui a la morgue nmediatamente. “Me gustaría ver el cuerpo de la mujer que se ahogó en el lago”, dije. “Lo siento. Eso es imposible”, dijo el hombre. “Pero puede que ella sea una amiga mía”, dije. “La policía me ha dado instrucciones estrictas. Nadie puede verla”, dijo. “Pero posiblemente yo podría identificarla”, dije. “Créame, nadie podría identificar lo que tenemos aquí”, dijo. Me fui y volví a casa. Jared regresó esa noche. Le dije que me preocupaba el hecho de que la mujer de la morgue pudiera ser Mavis. Él dijo: “¿quién es Mavis? Yo le dije: “Tú sabes muy bien quién es Mavis. Saliste con ella varias veces. Pienso incluso que quizá estabas enamorándote, pero ella se deshizo de ti”. “No conozco a ninguna Mavis, y ciertamente nunca salí con ella. Mi memoria no es tan mala”, dijo. “Una noche los vi juntos en Donatello’s”, le dije. “Nunca he ido a Donatello’s”, dijo él. “Jared, ¿por qué haces esto?”, dije. “Solo te digo la verdad. Nunca en mi vida conocí a una mujer llamada Mavis”, dijo. Más tarde, después de que Jared se fue, empecé a pensar en el asunto. Ya ni siquiera podía recordar la cara de Mavis. Era triste. Ella estaba siendo borrada. Yo quería poner mi dedo sobre su frente, pero no había nada allí.

James Tate (Traducción de Diego Otero)

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